martes, 14 de diciembre de 2010

Círculo vicioso.



La música electrónica termina con la discusión estética entre el compositor y el ejecutante. Estas dos figuras se fusionan en ella, ya no hay ni compositor, ni ejecutante. Existe sí, la figura del técnico, el DJ, el que manipula a la máquina, pero no es compositor, sino que más bien un improvisador, o aun peor, un juguetedor de la “música’. Tampoco es ejecutante, pues es la máquina la que produce el sonido. Así, con la muerte de la figura del músico, del artista, se termina con esa discusión estética. Entonces, en nuestro tiempo la imagen de un compositor, un Bach, un Mozart, o y la imagen del ejecutante virtuoso, un Paganini o un Chopin ya son inconcebibles, con las máquinas, se puede hacer música imposible de interpretar humanamente.

Al ser la música electrónica, mas accesible a los legos, la tendencia toma fuerza. Son muchos los prospectos ha hacer música electrónica; además de ser también grande la cantidad de quienes la escuchan. Y como todo esto es redituable para la industria del entretenimiento y los medios masivos de comunicación, se agranda la producción, se trata de dar al publico lo que esta pidiendo. Sin duda es un circulo vicioso.

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